martes, 31 de marzo de 2020

Bases naturales y ambiente de nuestro territorio Argentino

                                                                 Profesor y Especialista en Educación: Coniglio Hector

Bases naturales y ambiente de nuestro territorio

1) ¿Qué procesos o fenómenos dieron origen a las actuales formas de relieve argentino? (Tener en cuenta placas tectónicas, bordes, fosas marinas, localización de sedimentos, zonas de inestabilidad sísmica).

                    
Los procesos o fenómenos que dieron origen a las actuales formas de relieve argentino son las siguientes:
El territorio de la republica Argentina forma parte de la placa sudamericana. Esta placa se desplaza de este a oeste dando lugar a un borde divergente con la placa meso-atlántica, al este, y a un borde convergente con la placa de Nazca, al oeste. A lo largo del borde convergente se produce el hundimiento de la placa sudamericana bajo la placa oceánica de Nazca, que da origen a una sucesión de grandes fosas marinas orientadas a lo largo de la costa del Pacifico. Como consecuencia del encuentro de las dos placas, la Sudamericana y la de Nazca, los sedimentos continentales y marinos, acumulados desde fines de los tiempos precámbricos  en el borde occidental de la placa Sudamericana, sufrieron plegamientos, y levantamientos que dieron lugar a las cadenas montañosas de localización meridional. El enfrentamiento entre estas dos placas explica la inestabilidad sísmica de la zona y los fenómenos volcánicos. Las zonas de montaña se caracterizan por fenómenos erosivos causados generalmente por la acción del viento, del agua y de los hielos.- dichas zonas se van haciendo más estrechas de norte a sur y van disminuyendo la altura, desde los 6000 a 2000 metros aproximadamente, a la vez que se incrementa el número de los glaciares.
2) ¿Cuál es el basamento cristalino del relieve Argentino? ¿Qué formas de relieve se basan sobre cada estructura?
El basamento cristalino del relieve Argentino. Y las formas de relieve son las siguientes:
La historia geológica de nuestro país se basa en dos macizos antiguos de roca cristalina de los tiempos precámbricos: Brasilla al norte y Patagonia al Sur. La unión de ambos se encuentra aproximadamente a lo largo del actual valle del rió colorado.
En el macizo de Brasilia, el actual territorio argentino ocupa solo el sector actual y occidental, ya que este se continúa en Brasil, Paraguay y Uruguay. Forma el basamento de la llanura Chaco Pampeana y aflora en algunos sectores de las sierras Pampeanas, Puna, sierras de Tandilla e Islas Martin García.
A través de las aéreas geológicas estos macizos se fracturaron, unos bloques ascendieron y otros descendieron. Dando como resultado las formas del relieve argentino.


“Formas de relieve”
El relieve es el conjunto de formas propias que presenta la superficie terrestre. Su origen y transformación se debe a la combinación de los procesos endógenos y exógenos ocurridos durante millones de años. La acción de esos agentes determina las unidades estructurales, que son formaciones originadas en la misma era geológi­ca, constituidas por rocas semejantes, afectadas por los mismos agentes transforma­dores del relieve y que en la actualidad se presentan con grandes rasgos de unidad.
La acción de los factores endógenos es consecuencia del desplazamiento de las pla­cas de la corteza terrestre. Los procesos orogénicos son los que forman montañas ya sea por plegamiento de los sedimentos (material rocoso producto de la erosión de las ro­cas), como la cordillera de los Andes, o por la fuerza que estos ejercen contra las pla­cas, produciendo la fractura y elevación de los bloques, como las Sierras Pampeanas.
Otras consecuencias del desplazamiento o acomodación de las placas son el vulcanismo y los movimientos sísmicos que en la actualidad afectan el oeste de nues­tro país en las zonas de fractura de la corteza terrestre.
Además, estos procesos geológicos permiten el ascenso del magma cuyos com­ponentes minerales (hierro, cobre, oro, plata) bajo determinadas condiciones de temperatura y presión forman vetas a distintas profundidades o en el interior de las montañas. Por este motivo, los principales minerales metalíferos se encuen­tran en el ámbito montañoso, y se los explota, por ejemplo, en Bajo de la Alum­brera en Catamarca, Mina Aguilar en Jujuy, etcétera.
También se presentan movimientos epirogénicos. Consisten en el lento ascenso o descenso de grandes áreas de las placas continentales. Cuando las placas descien­den se producen ingresiones marinas; en cambio, cuando ascienden, el mar se re­tira pero quedan depositados sedimentos que rellenan las cuencas. Por ejemplo, estos movimientos afectaron a la Patagonia durante el Mesozoico y consecuencia de ello fue la formación de las cuencas de hidrocarburos como las del golfo de San Jorge y Austral, con importantes reservas de petróleo y gas.
El origen y transformación de las formas de relieve
Actividad: Alguna vez te preguntaste. 3) ¿cómo se han generado las grandes montañas como las cordilleras o las llanuras en el centro de nuestro territorio? Explicar.
Los procesos exógenos modelan los relieves mediante tres acciones: la meteorización, la erosión y la acumulación. Todos ellos actúan en nuestro país de diver­sas maneras.
La meteorización es el proceso continuo de destrucción de las rocas. Es un fenó­meno que se presenta en las zonas con clima árido como consecuencia de la am­plitud térmica diaria que provoca la dilatación y contracción de los minerales que las forman, esto produce fisuras que terminan por destruirlas. Este proceso se ob­serva en los relieves de la diagonal árida como la Puna, la Cordillera Oriental, los Andes centrales y las mesetas patagónicas.
La meteorización de las rocas también puede ser química, por oxidación o por disolución. La oxidación provoca la alteración de los componentes minerales; por ejemplo, el suelo rojo de la meseta de Misiones se debe a la oxidación de los mi­nerales de hierro que componen el suelo. La disolución se produce cuando las aguas de lluvia o deshielo se infiltran en los terrenos calcáreos y los disuelven for­mando grutas y galerías. En estas son frecuentes las estalactitas y estalagmitas for­madas por un continuo goteo de agua cargada de calizas en disolución. En la Ar­gentina son de gran interés científico y turístico las cavernas que se encuentran en los Andes mendocinos como la Caverna de las Brujas.
Los agentes erosivos cumplen una triple función: desgastan los relieves, transpor­tan los sedimentos y los acumulan. Las erosiones eólica y fluvial han sido de gran importancia en el modelado de nuestro país. La acción eólica se presenta funda mentalmente en las zonas áridas, donde el viento barre más firmemente las rocas: desintegradas por la meteorización, debido a la falta de vegetación que las proteja.
Los ríos al atravesar cordilleras forman valles profundos y alargados como los de sistema del Desaguadero, algunos denominados cañones como el del río Atuel, en Mendoza. Cuando depositan los sedimentos al pie de las montañas forman los conos de deyección o en las llanuras forman los deltas, como el del Paraná.
En los Andes patagónicos-fueguinos tuvo gran importancia la acción glaciaria que ensanchó y profundizó los valles; las morrenas, sedimentos traídos por lo glaciares, formaron diques de contención de las aguas originando, en las áreas más deprimidas, los lagos de formas lobulares como el Nahuel Huapi, el San Martín y el Argentino.

Clasificación que el autor realiza desde el punto de vista zonal y regional de los climas por  la ubicación latitudinal que posee nuestro país.

Teniendo en cuenta la ubicación geográfica de Argentina que se encuentra en zonas templadas se puede distinguir cuatro: tipos de climas cálido, templado, árido y frío.
La extensión del territorio y los accidentes del relieve determinan la existencia de variedades en cada uno de los tipos citados. Así, en los climas cálidos está el subtropical sin estación seca, que abarca las provincias de Misiones y Corrientes, la zona Norte de Entre Ríos y la sección oriental de la región chaqueña. Tiene como características temperaturas elevadas y precipitaciones abundantes todo el año. El tropical con estación seca incluye parte de Salta, Oeste de Formosa y del Chaco, la planicie oriental tucumana, casi todo Santiago del Estero y el N.O. de Santa Fe. Es de características similares al anteriormente mencionado, con la diferencia que presenta un período seco que dura hasta la mitad del año. En el N.O., el conjunto montañoso que comprende las sierras subandinas, los valles y quebradas, es considerado de clima tropical serrano.
 La zona de los climas templados abarca la provincia de Buenos Aires, gran parte de Entre Ríos, centro y Sur de Santa Fe, la franja oriental de Córdoba y un sector al N.E. de La Pampa. Entre ellos se encuentra el clima templado pampeano, representado especialmente por la franja ribereña del Paraná–Plata. En la franja limítrofe con el clima subtropical está la variedad templado sin invierno, caracterizado por la falta de período frío definido. El templado con influencia oceánica se halla en el litoral bonaerense, en la zona de Mar del Plata y Necochea, donde la influencia del mar origina temperaturas moderadas. El templado de las sierras se ubica en las sierras cordobesas y en sus valles. Por último, está la franja de transición hacia el poniente, donde la zona de clima templado deriva a la región de clima árido.
Los climas áridos comprenden la Puna, los Andes de Catamarca, La Rioja y San Juan, la zona vecina preandina y la Patagonia extraandina. Entre sus variedades tenemos el árido de montaña, que reina en la Puna y en los Andes, desde Catamarca hasta Mendoza. Al Este de los Andes áridos se extiende el clima árido de las sierras y campos, que coincide aproximadamente con la región de las sierras pampeanas. El árido de la estepa continúa al Sur de la región climática de las sierras y llanos; por el occidente termina al píe de la cordillera que pierde su carácter árido en el Sur de Mendoza; por el oriente limita con la franja de transición y por el Sur, entre los 40º y 42º Sur, la transformación del régimen térmico origina otro tipo de clima: el frío árido de la Patagonia.
Entre los climas fríos está la franja húmeda de los Andes Patagónicos, caracterizada por una progresión de lluvias que se opera de N. a S. –a partir de los 34º S.– en este sector cordillerano. El árido ventoso de la Patagonia se destaca por sus bajas temperaturas, con precipitaciones escasas y, en invierno, hay temporales de nieve. El húmedo austral comprende una franja de la provincia de Santa Cruz, al sur de la zona anterior, y la provincia de Tierra del Fuego, salvo el clima níveo de alta montaña; tiene mayores precipitaciones y la falta del período estival de temperaturas templadas que se registran en las mesetas patagónicas. El clima níveo es de tipo glacial y abarca la franja de cordillera austral, en la zona de hielo continental de Santa Cruz y en manchas glaciares que hay en la alta cordillera patagónica. Con respecto al clima de las islas australes, la isla de los Estados posee un clima oceánico frío. El tiempo es brumoso y frío gran parte del año y son frecuentes los temporales. Abundan las precipitaciones níveas. En las islas Malvinas está mejor definido el tipo oceánico. No hay excesos de temperaturas; el verano es apenas templado y el invierno no es muy acentuado. En las islas Orcadas reina el clima níveo; casi toda la superficie de las islas está cubierta por glaciares, y el mar de hielo sólo franquea acceso durante pocas semanas de enero.




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