Hacia la integración supranacional: La comunidad Económica Europea.
La variedad de regiones naturales: Europa puede dividirse a grandes rasgos en cuatro conjuntos fisio-gráficos que de norte a sur corresponden a las cordilleras noroccidentales, en el frente atlántico, las llanuras centrales que desde Francia se amplían progresivamente en dirección a Rusia, el conjunto de pequeños macizos y cuencas interiores que se sitúan al sur de estas y finalmente las cordilleras meridionales extendida de Gibraltar hasta Anatolia, formando el conjunto montañoso de mayor importancia.
Esta disposición se relaciona estrechamente con las grandes unidades tectónicas del continente, y condiciona así mismo al desarrollo de las actividades económicas derivadas de la agricultura y actividades extractivas
La integración económica en Europa de la posguerra tuvo lugar en 1948, con la creación de la Organización Europea de cooperación Económica, que intento fijar un programa común de actuación, ademas de canalizar la ayuda del plan Marshall contribuyendo a reactivar,el comercio intra-europeo.
Paralelamente surgieron las primeras uniones regionales constituidas por los países nórdicos ( Suecia, Noruega, Dinamarca e Islandia) y por el Benelux (es la union aduanera y económica de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo. Ambas acordaron un proceso de integración progresiva con el fin de llegar a la formación de mercados comunes que permitieran superar las reducidas dimensiones de sus respectivos mercados nacionales.
Pero el precedente inmediato se sitúa en 1950 cuando Francia propuso la creación de un mercado único para el carbón y el acero que eliminase la ya viejas tensiones en la frontera franco-alemana por los recursos de la Lorena o el Sarre, y diera mayores posibilidades de expansión a estos sectores básicos de la economía. tras la renuncia británica, la constitución de la comunidad Europea del carbón y del acero en 1951 incorporo a 6 miembros: Francia, Italia, La República Federal Alemana y el Benelux.
El objetivo de la comunidad fue:
- Eliminar las barreras arancelarias y restricciones cuantitativas al comercio interior.
- promover la libre circulación de los factores productivos tanto mecánicos como personales., empresas y capitales.
- coordinar las diferentes políticas económicas nacionales que garanticen la integración de las actividades agrarias.
Por otro lado el análisis demográfico en Europa, con una población estimada de 489 millones de habitantes a mediados de 1983 y una superficie inferior a los 5 millones de Km cuadrados, Europa continua siendo una de las áreas más densamente pobladas del globo, pues sus 99 habitantes x kilómetros cuadrados, que solo son superados por las regiones del extremo Oriente asiático.
Analizando la
población a nivel nacional, las densidades más elevadas, que duplican la media
Europea corresponden a cuatro países como: los países Bajos, Bélgica, Alemania
y el Reino Unido, con una segunda Europa entre 100-200 habitantes por Kilómetro
cuadrados a diferencia de los países que los circundan cuyo crecimiento es
mucho más acusado como los países nórdicos: como Suecia, Noruega.
Unas de las
condiciones que determinan la distribución de la población son las condiciones
del medio físico, como los climas fríos de Escandinavia como Islandia o las
dificultades impuestas por las áreas montañosas pueden explicar los principales vacíos demográficos.
Los Estados de tamaño
diverso escasamente poblados como Islandia (3 hab./km2), Noruega (15
hab./km2), Finlandia (17 hab./km2) o Suecia (22
hab./km2).
Los poco más de 700 millones de individuos que habitaban en Europa en el año 2000 se distribuyen siguiendo un sistema centro-periferia, localizándose las regiones más densamente pobladas (más de 150 hab./km2) en un eje que cruza el continente desde el S del Reino Unido hasta Italia, pasando por el N de Francia, Bélgica, Luxemburgo, Alemania y Suiza, mientras que los extremos meridional y septentrional presentan, en general, una menor ocupación.
Los poco más de 700 millones de individuos que habitaban en Europa en el año 2000 se distribuyen siguiendo un sistema centro-periferia, localizándose las regiones más densamente pobladas (más de 150 hab./km2) en un eje que cruza el continente desde el S del Reino Unido hasta Italia, pasando por el N de Francia, Bélgica, Luxemburgo, Alemania y Suiza, mientras que los extremos meridional y septentrional presentan, en general, una menor ocupación.
Esta distribución no
ha sido estable a lo largo de la historia. En la Antigüedad la región más
poblada del continente fue la franja ribereña del mar Mediterráneo, pero a
partir de la Edad Media se produce un desplazamiento del eje de mayor densidad
hacia latitudes meridionales.
En el siglo XIX este
proceso se consolida, ya que la industrialización y la urbanización refuerzan
las diferencias entre Europa central y meridional. En Europa oriental la
distribución demográfica se ha mantenido más estable como resultado del
limitado desarrollo industrial, la fijación de los campesinos en la tierra
durante el siglo XIX, y las políticas de fomento del poblamiento rural
aplicadas por los regímenes socialistas.
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